miércoles, 20 de marzo de 2013

La Maga y yo.

La Maga... La Maga.

CC. Fotolog

"Hay ríos metafísicos, ella los nada como esa golondrina está nadando en el aire, girando alucinada en torno al campanario, dejándose caer para levantarse mejor con el impulso. Yo describo y defino y deseo esos ríos, ella los nada. Yo los busco, los encuentro, los miro desde el puente, ella los nada. Y no lo sabe, igualita a la golondrina. No necesita saber como yo, puede vivir en el desorden sin que ninguna conciencia de orden la retenga. Ese desorden que es su orden misterioso, esa bohemia del cuerpo y el alma que le abre de par en par las verdaderas puertas. Su vida no es desorden más que para mí, enterrado en prejuicios que desprecio y respeto al mismo tiempo. Yo, condenado a ser absuelto irremediablemente por la Maga que me juzga sin saberlo. Ah, déjame entrar, déjame ver algún día como ven tus ojos."
Lucía, llamada La Maga, es la protagonista de este libro junto a Horacio Oliveira. Uruguaya que viaja a París, conociendo ahí a Oliveira. Mantienen algo así como una relación, por llamarlo de algún modo ya que no logra concretarse nada en sí, pero existe algo entre ambos. La Maga es un personaje tan único y el polo opuesto de Horacio. Mientras que él ve los ríos metafísicos, ella los nada sin miedo, siendo esto una metáfora de la forma en la que ambos viven la vida. Distraída y espontánea como ella sola, así es Lucía.

Repitiendo un poco lo que ya había mencionado del libro y la importancia para mí y otra persona, un día conversando cuando le comenté que Horacio me recordaba a él, él me dijo que yo le recordaba a La Maga, cuando recién nos conocimos. Eso me pareció sumamente curioso y de cierto modo, algo de destino en ello, pero sin ahondar mucho en el tema, puedo decir que La Maga resultó ser un personaje al cual le tomé cariño .

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